jueves, 28 de agosto de 2008

Primer Actividad en Internet: Reflexión sobre los sitios visitados

Este trabajo fue concretado a partir de las ideas expuestas por Hugo Sandoval Zamora en http://www.el-universal.com.mx/finanzas/57509.html y Documento producido por la Dirección Académica de la Universidad Icesi, Cali, Colombia. http://www.icesi.edu.co/ en http://dti.uvg.edu.gt/media/archivos/plagio_yo.htm en el marco del Curso Investigación-Acción en Internet, a cargo de las Prof. Adriana Durán y Sandra Cejas, del IES Nro. 28 "Olga Cossettini"

"De plagiadores a gestionadores de la información (o sobre cómo promover buenas prácticas intelectuales en el aula)

"Plagiar: copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias" http://buscon.rae.es/draeI/)

Dos escándalos autóctonos aparecen en la mente cuando hablamos de plagio: Felipe Pigna y Jorge Bucay. Dos escándalos que los medios de comunicación utilizaron para poner en duda la reputación de dos personas importantes de la cultura nacional. Ambos se disculparon aduciendo errores de impresión ante la no aparición de las citas correspondientes a los textos tomados de otros autores.

Más allá de la intelectualidad argentina, los docentes asistimos a diario a plagios descarados. Parece que el dominio del ctrol+c y del ctrol+V es la habilidad que más ágilmente adquieren nuestros alumnos a la hora de preparar un trabajo escolar.


¿Por qué plagian los alumnos?

Pueden citarse varias razones: vagancia, comodidad, informalidad, falta de control de los docentes, etc. Pero más allá de las razones, hay que analizar el estilo de plagio.

  • Los alumnos plagian por desconocimiento. es el "plagio no deliberado" o "por omisión", emergente de prácticas escolares de larga data. Algunos jóvenes, al no tener arraigada la cultura de la lectura, no están familiarizados con las clásicas "citas" que la mayor parte de los libros de estudio traen al pie de página. Al no tener la "gimnasia del buen lector" no tienen idea de por qué y para qué aparecen esos números y letras pequeñitas al final de algunas páginas de sus libros. Otros, tal vez tengan una somera idea de qué es "citar fuentes", pero como desconocen el cómo realizar las citas, lo pasan por alto, tal vez por no considerarlo de mayor importancia.
  • Los alumnos plagian intencionalmente. Y eso si que es más grave. El plagio "adrede" se muestra no como una mera falta de educación académica literaria como en el caso anterior, sino que saca a la luz una grosera falta de ética personal. Plagiar deliberadamente es una muestra de una irresponsabilidad y falta de respeto por el trabajo de otro. Y no hay nada más deleznable que aprovecharse del esfuerzo ajeno (aunque sea intelectual). A veces la escasez de ideas hace que el trabajo digno de otros, sea tomado alegremente por los jóvenes, haciendo suyas ideas que a veces siquiera logran entender. El poco vocabulario que manejan (ni hablar del vocabulario específico de cada área) hace que queden deslumbrados por producciones de, en algunos casos, mediana calidad, bajada de sitios que promueven y "glorifican" el plagio (léase: monografías.com; el rincondelvago.com; otros)
  • Un párrafo especial merecerían los programas P2P (como Emule o Ares), pero el tipo de plagio que se promueve con la utilización de estas aplicaciones (que apuntan a "compartir" archivos de audio o video en su gran mayoría) está más allá del análisis de éste trabajo.

Las consecuencias del plagio para el que plagia

Un alumno plagiador pierde oportunidades. Oportunidades de aprender. No puede construir el conocimiento. Se priva de acceder a la posibilidad de alcanzar el pensamiento autónomo. En el aula se pone en evidencia cuando como docente, se le solicita al alumno que amplíe o explique alguna afirmación que aparece en el texto plagiado y en muchos casos, siquiera pueden entender la misma afirmación.

Por otra parte, es común que el plagio haga también que se pierda la cultura de la lectura. Es común que el joven que hace copy-paste no lea ni una cuarta parte del trabajo que sustrae. Esto lo priva de incrementar su ya de por sí escaso vocabulario, y ni hablar de incorporar ideas que le permitan cimentar su propio pensamiento. Todo se remite a una lectura selectiva de algunos términos en el texto elegido que estén relacionados con la propuesta docente (a veces le alcanza conque el título sea parecido) y... listo!!! Trabajo terminado!!!

Finalmente, una de las peores consecuencias a nivel ético, es la deslealtad. No solo hacia quien se le ha robado la propiedad intelectual, sino hacia el docente que solicitó el trabajo. El profesor que prepara sus propuestas áulicas y que pide un trabajo original, pautado y guiado en clases, no puede menos que sentirse defraudado frente a una actitud de este tipo por parte de los alumnos.

La escuela y el plagio

La escuela, como agente socializador debe tomar postura frente a esta problemática. Dejar liberado a la familia la formación en valores sería, como mínimo un grosero descuido por parte de la institución escolar.

Los niños desde pequeños, adquieren conductas sociales en el seno de su familia. ¡Sentáte derecho! ¡No hables con la boca llena! ¡Saludá a la tía!, son frases que los padres machacan a las mentes infantiles desde siempre. ¡No traigas juguetes del jardín! ¡Devolvelo porque no es tuyo! ¡Si decís mentiras te va a crecer la nariz como a Pinocho! también son clásicos. Entonces, por qué será que los adolescentes cumplen facilmente con las primeras consignas que con las segundas? ¿Por qué saludan a los docentes cuando comienza el día, no comen en el aula y se sientan derechos en sus bancos (a veces) y sin embargo no dudan en robar ideas mintiendo sobre la autoría de sus trabajos?

¿Será tal vez un fallo de la escuela que no "machaca" lo suficiente sobre la responsabilidad en el ejercicio de la libertad? ¿o será tal vez un mal mayor que aqueja a la sociedad toda que se distrae (y a veces avala) estas actitudes? No se vislumbra una respuesta unívoca, por eso queda abierta la posibilidad de repensar la institución y la sociedad desde la mirada docente.

Los docentes y el plagio

Demás está decir que los docentes tienen la obligación de no permitir el plagio entre sus alumnos. Un docente que se precie debe poner en evidencia al plagiador con el fin de que reflexione sobre las consecuencias que acarrea su accionar.

Pero para evitar esta situación, nada mejor que repensar las actividades que se proponen a los alumnos. Las clásicas "monografías" solicitadas año tras año son un ejemplo de lo que no se debe hacer.

Si lo que se busca es que el alumno investigue, conozca y produzca su propio conocimiento a partir de la información de la Red, solo se puede lograr con un trabajo que demande un acompañamiento y seguimiento por parte del docente. Una propuesta de este tipo y que evidencia buenos resultados es la del Profesor Roberto Muñoz (el CiberProfe: http://es.wikipedia.org/wiki/Usuario:Ciberprofe), llamadas "Cibercarpetas".

Brevemente, la propuesta consiste en la realización de un trabajo virtual sobre un tema escogido por el docente (que debe ser lo suficientemente específico como para evitar el copy-paste) y que se realiza on-line. La consigna y pautas de trabajo propuestas son enviadas via email a los alumnos y estos deben entregar (por el mismo medio y en las fechas establecidas) avances de su investigación, citando fuentes bibliográficas o electrónicas. Finalmente, deben elaborar un trabajo final en el que se muestre el recorrido realizado, aportando conclusiones sobre lo trabajado. (Se pueden ver ejemplos de esta propuesta en: http://infosociales225.blogspot.com/2007/08/nueva-propuesta.html)

Otro tipo de actividades que promueven la gestión de la información de la Red es la "Cacería en Internet". Esta propuesta consiste en el presentación a los alumnos de una serie de preguntas específicas sobre un tema, acompañadas de una lista de vínculos en los cuales se pueden encontrar las respuestas. Finalmente, se propone la elaboración de una conclusión a partir de las respuestas encontradas (más información sobre esta propuesta se puede encontrar en: http://www.educared.org.ar/tecnologia/aventuraseninternet/index.php?q=node/208)

Finalmente, y no porque no haya otras posibilidades, sino por una cuestión de tiempo-espacio (¿todo es relativo?), una excelente forma de guiar a los alumnos en la búsqueda y procesamiento de información a través de Internet son las WebQuest y MiniQuest. En ellas se proponen una serie de pasos para investigar y lograr un proceso de elaboración de la información sobre un determinado tema. En el sitio http://cfievalladolid2.net/tecno/recursos/webquest/taxonomia.htm se propone una taxonomía de 11 tipos de tareas, que por supuesto no remiten la creatividad docente, sino que actúan como disparador para lograr ir más allá de lo establecido. (Un ejemplo de MiniQuest se puede ver en: http://infosociales225.blogspot.com/2007/07/miniquest-pensar-en-ftbol.html)

Conclusión

Este breve trabajo comenzó con la afirmación de que es común el plagio de obras intelectuales en el ámbito escolar. Más allá del buceo en probables causas personales, familiares y/o sociales para que estas conductas juveniles se reproduzcan incansablemente, se debe contemplar al docente frente a esta situación.

El desmerecimiento del rol docente por parte de la sociedad, sustentado a veces por la falta de vocación y compromiso por parte de algunos educadores, hace que en algunos casos, se desautoricen las propuestas áulicas. Muchos padres simplifican las tareas de sus hijos con un simple copy-paste de Wikipedia sin hacer alusión al origen de la información. Y muchos docentes simplifican la tarea de corrección avalando esta práctica.

Para concientizar sobre el buen uso y gestión de la información que circula en la red, se requieren horas extracurriculares de incansable trabajo por parte del docente en la investigación, organización y jerarquización de la información. Luego, demanda algunos conocimientos para la elaboración de propuestas que muestren un entorno amigable a fin de que los jóvenes se interesen en la concreción del trabajo, y finalmente se necesita destinar una importante cantidad de tiempo extraescolar para el acompañamiento y/o corrección del proceso.

Teniendo en cuenta lo expuesto, es claro que el facilismo impuesto por la sociedad en todos los ámbitos de la vida se infiltra en las instituciones escolares, avalando delitos intelectuales no solo entre los alumnos, sino lo que es más grave, entre los docentes.


Prof. Claudia Ranea